jueves, 12 de noviembre de 2009

Yo Y tú...Tú y yo...


“Niños”



Niños que juegan a ser adultos?... ¿o adultos que juegan a ser niños ?”...No lo creo. Así comenzó una de mis narrativas abstractas, recordando una frase solemne pronunciada por una joven mujer que apenas ya puedo ver. Su destructivo e irremediable ser lanzó a mi un “eres un jodido malcriado” que arrebató respuesta a mi ser. Me limité sólo a decir que siempre lo sería, pero, como mencioné anteriormente, fue, como atravesar vidrios rotos en un piso con tus pies fríos y descalzos, cuyas heridas se vuelven profundas entre más caminas sobre ellos.

De cierta forma, creí haber no dado importancia a ello, pero, entre más días trascurrían, mi percepción dentro de tal cabida se hacía más relevante y más aguda a tal punto que me sentí de alguna manera ofendido. Probablemente, para la los espectadores, lectores, etc., les parecerá algo totalmente absurdo. Desgraciadamente, para mí, no lo es…o ya dejó de serlo.

No busco la interpretación de la maldita frase, de eso estoy seguro, sólo que, de algún tiempo mencionado hasta el actual, eso se volvió complicado. Obstinado. Frustrante. Rayando a la soledad para comprenderlo todo. Quizás no te has dado cuenta, pero, la primera frase no posee ninguna relación con la segunda a simple vista. Pero ahora, mientras lees esto sin caer en el típico texto que aprecias en un periódico donde todo se vuelve efímero al rato, me explicaré mejor.

Los “niños” como nosotros, solemos ser algo impulsivos. De eso estoy seguro. Manipuladores cuando toca hacerlo. Destructivos cuando existe algo real y alguien quiere ocultarlo. Pero no. No deseamos solo esto. Entre más revelamos, entré más buscamos, entré más distorsionamos, codiciamos más. Un más que suele transformarnos en adultos. En actuar como ellos cuando ya creemos ser lo suficientemente grandes como para fumar mota en una plaza. Cuando creemos estar “grandecitos” para fornicar como bestias salvajes a los 15. pero…Debemos ser insubstancialmente realistas…y sabemos de lo que hablo.

Jugar a ser ellos es divertido. Yo lo he hecho. Y te refutaría si dices que nunca lo intentaste. Es así. Pero todo en nuestro ínfimo mundo debe tener un precio a pagar. Y no puedes pretender que todo es sencillo. Porque, entre más jugamos…más solemos pretender algo que no somos. Y al llegar a la edad cumbre de la niñez todo suele ser peor…ohh sí. Porque gracias a nuestras malditas estupideces de “niños grandes” hemos consumido nuestra patética vida queriendo apresurarlo todo de una vez. Ir a lugares donde sólo “ellos” pueden ir. Probando cosas que solo esos macabros seres suelen probar…Hacer cosas que a “nuestra edad” parece algo demasiado fascinante…sí. Siempre ha sido así. Pero no estoy criticando, insultando o manifestando mi descontento por ello…

Porque de cierta forma. Tener que jugar como ellos permite que las caídas sean más dolorosas… Pero también más placenteras a la hora de lograr algo que valga la pena. Y aunque sé que paso por tal senda actualmente, prefiero distorsionar todo lo escrito hasta ahora para decir que, en mi opinión, soy un niño de 10 años…

¿?...Losé…creían que podían sorprenderme. Pero escribir esto requiere pensar como uno de ellos. De ustedes. Yo, desgraciadamente, no me siento así. Porque aunque sé que me comporto como un adulto, no lo soy. Tampoco pretendo serlo, ya que a pesar de ser el típico “pendejo” de entrar a ese local nocturno siendo menor de edad, de fumar cigarrillos cuando sabes que no debes, cuando tienes relaciones con tu novia cuando tus padres no están, me siento, como el niño de 10. Un niño de 10 que ve, siente y manifiesta sus cosas a su manera por muy infantil que suene. Y aunque estoy 100% consciente de que ya estoy jugando el juego del adulto que de verdad me corresponde por el simple hecho de crecer, me siento como mencioné anteriormente, tomando en cuenta que poco a poco esos matices podrían borrarse de mi estructura física y mental, tornando mi vida destructivamente fascinante. Creo que la mujer de la frase tiene razón a pesar de que se ha contrariado millones de veces acerca de mi actitud de verlo todo. Pero, a la final, su primera expresión es la que cuenta. Después de todo, le doy las gracias por ello. Aunque, de cierta forma odio el cliché de ser y de haber sido el característico adolescente que hace, hizo y hará toda clase de juegos para “adultos” sin todavía serlo, sólo porque ya siente la necesidad de crecer de una vez. Representativas respuestas de alguien normal ante esta sociedad tan repugnante que nos consume hoy. Ya no sé que demonios hacer. Me odio. Pero me amo. Me amo aún más (por muy narciso que suene) por el hecho de imponerme retos por los cuales “ellos” desfallecerían solo al serles pronunciados. Y eso me basta. Basta para sentirse “grande” en tu mundo pequeño donde creen que todo es fácil por el hecho de que te faciliten todo. Malcriado o no, habrán caprichos. No sólo míos, sino en general. Y creo que el mío siempre será tratar de mantenerme en la barrera del equilibrio donde pueda transitar en ambos caminos sin que el más “mínimo” pueda desaparecer, a cuestas de saber que ya casi lo he perdido todo.

Informo. Son las 2:20 am. Quería que nada de esto se transformase en un artículo de un periódico vacío y amarillista, pero creo que a la final ocurrió así. Creo que simplemente escribo para mí mismo. Probablemente ustedes no se tomen la molestia de llegar hasta aquí. Así que, irónicamente, me da igual. Aunque ser reconocido siempre es bueno, y si lo haces, sin volverme ególatra lo aceptaré con detestable gusto.

Es hora de dormir…Por naturaleza, los niños deben acostarse a las 9pm. Hace un rato que mi reloj marco ese número… Para todos los ancianos que creen que, por el simple hecho de escribir una novela o esa clase de basuras ya son famosos, les expreso lo siguiente: “Quizás me carcoma la vejez y la imaginación se me borre lentamente, pero mientras existan niños que me recuerden lo desafiante, impulsivo y destructivo que pude o puedo llegar a ser a través de sus imperfectos escritos, me mantendré vivo lo suficiente como para calificar y criticar vorazmente sus inertes y vacíos textos para “gente grande”

End of the road…


“K!rbY”


No hay comentarios:

Publicar un comentario